
Franz Kline (Wilkes Barre 1910 – Nueva York 1962) ha sido uno de los mayores exponentes del movimiento pictórico del expresionismo abstracto, surgido en los Estados Unidos en la década de los 40’ y marcado por la tensa situación social tras el crack del 29 y la Segunda Guerra Mundial. De ahí la violencia de los trazos y la frustración reflejada en sus obras.
Kline estudió pintura en la Universidad de Boston, tras lo que, como muchos artistas estadounidenses, viajó por Europa para tomar contacto con los grandes genios, sintiéndose especialmente atraído por Goya y Manet. Tras su vuelta a casa, comenzó su carrera artística, con obras de gran realismo. Poco a poco se fue alejando de ese estilo y acercándose al expresionismo abstracto de la mano de su colega Willem de Kooning, otro de los referentes de este estilo pictórico.
A partir de los años 50, Kline comienza a experimentar con proyectores y sombras, hasta conseguir un estilo propio muy original, basado en decididos trazos en óleo sobre lienzo de gran dimensión. La espontaneidad, pasión y creatividad de sus pinturas alcanzan la calidad de las de Pollock, pero con mucho menos impacto social fuera de los círculos del arte, por lo que no es tan popular.
En numerosas ocasiones se ha intentado darle sentido a las obras de Kline, y muchos estudiosos ven grandes similitudes entre sus dibujos y la caligrafía oriental, extremo siempre negado por el autor. Al mismo tiempo, son muchos los que ven reminiscencias de sus primeras obras realistas, con estructuras como puentes o autopistas de la ciudad de Nueva York.

Franz Kline en su estudio en el 242 West 14th Street en Nueva York
Uff! No le conocía…La mancha como experiencia…Me encantóGracias
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