Cómo preparar Jabones o Temples a la cera. Cera saponificada
La cera es una sustancia grasa y como tal se define como un éter palmítico constituido por alcohol y un ácido graso orgánico, tomando una de sus características más esenciales e interesantes: su poder de saponificación, propriedad que se aprovecha en pintura para lograr jabones a la cera o cera saponificada.
Las sustancias grasas, en presencia del agua caliente y de una sal o una base inorgánica disuelta en ella (por ejemplo, la lejía), se descomponen en sus ingredientes: alcohol, que puede permanecer disuelto en el agua o evaporarse, y su ácido orgánico correspondiente, que reacciona con la sal, o base, formando otra sal llamada jabón, también soluble en agua y con propriedades adherentes a modo de cola, por lo que se usa como temple. En este caso tratamos del temple a la cera o jabón a la cera.
Gracias a su saponificación, la cera se hace emulsionable en el agua. Con este jabón a la cera (de aspecto lechoso blanquecino) se pintó mucho en la antigüedad, especialmente en el mundo bizantino y en Italia, anteriormente al Giotto.
Receta base
25 grs. de cera virgen
250 ml. de agua
10 grs. de carbonato amónico
Preparación:
En 250 ml. de agua, calentándola al baño maría, se funden 25 grs. de cera virgen batiéndola continuamente hasta la ebullición. Aparte, se baten 10 grs. de carbonato amónico, en la menor cantidad de agua posible, hasta obtener una masa licuosa. Derretida la cera, se le agrega el carbonato amónico, produciéndose una ebullición con efervescencia provocada por el escape de CO2 (anhídrido carbónico) y se sigue batiendo hasta que se enfríe.
Este proceso debe realizarse en un recipiente bastante profundo para que no desborde el líquido. Se consigue, entonces, una crema pastosa, muy agradable, soluble en agua, que admite su combinación con otros temples, especialmente con el temple al huevo, con aceites y barnices. Cuando se mezclan temples afines (en las proporciones de 10 grs. de ambos o al 50%) se refuerzan sus consistencias recíprocamente, mejorando su calidad y ampliando sus posibilidades estéticas.
Receta alternativa sin carbonato amónico
25 grs. de cera virgen
250 ml. de agua
10 grs. de amoniaco
Para su elaboración, puede usarse en lugar del carbonato amónico, simplemente amoniaco, en la misma proporción de 10 grs. Se vierte poco a poco sobre la cera fundida, batiendo continuamente hasta obtener la pasta.
En este caso no habrá efervescencia y la reacción será menos enérgica y espectacular (por lo que no necesitaremos un recipiente tan profundo).
La crema obtenida se conservará en un frasco herméticamente cerrado con un dedo que agua que la sobrepase, para evitar el contacto con el aire que la secaría por evaporación. Del frasco se saca para combinar con los pigmentos en la paleta.
También pueden aglutinarse previamente con los pigmentos en polvos y conservarse en tarros individuales. El diluyente es el agua, que puede enriquecerse con algo de crema.
Acabada la obra, o bien durante el proceso, se puede calentar con el soplete, quedando así más fija y resistente la capa de pintura, la cual se puede frotar una vez seca, logrando brillo. Debido a la saponificación el efecto graso de la cera se anula al desintegrarse su composición y transformar su ácido graso. Por ello pierde algo de su capacidad de amalgamar.
Los soportes pictóricos idóneos deben ser rígidos, de madera o derivados, imprimados con una imprimación a la creta o una imprimación a la media creta, como las tablas antiguas. También puede emplearse sobre muro con mortero seco, en interiores.
Un saludo,
Chema Senra
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[…] cera virgen se usa también para fabricar el temple a la cera, llamado también jabón a la cera o cera saponificada. Una técnica muy atractiva que, como la […]
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