

Fue una pintora y diseñadora de vanguardia cubista, suprematista y constructivista. Popova viajó mucho para investigar y aprender de los diversos estilos de pintura, a Kiev, Pskov, Novgorod, San Petersburgo. En 1912 trabajó en un estudio de Moscú conocido como «La Torre» con Iván Aksenov y Vladimir Tatlin, y también visitó la colección de modernas pinturas francesas de Sergei Shchukin.
En 1913 estudió arte con Nadezhda Udaltsova en París, donde conoció a Alexander Archipenko y Ossip Zadkine. En 1914 viajó por Francia e Italia y desarrolló el cubismo y el futurismo hasta una fusión cubofuturista. A través de una síntesis de estilos Popova trabajó para lo que ella denomina arquitectura pictórica. Desde 1914 su casa de Moscú se convirtió en el lugar de encuentro de artistas y escritores.

Popova con su obra
En 1916 se unió al grupo Supremus con Kazimir Malevich, fundador del Suprematismo. La creación de un nuevo tipo de pintura era parte del impulso revolucionario de la vanguardia rusa de rehacer el mundo. Sin embargo, se creó una tensión entre aquellos que, como Malevich, veían el arte como una búsqueda espiritual, y otros que respondieron a la necesidad de crear un nuevo mundo físico.
Con el tiempo Popova se identificó totalmente con los objetivos de la Revolución. Comenzó a pintar composiciones suprematistas completamente abstractas, pero el título “Arquitectura Pictórica” (que dio a muchos de sus cuadros) sugiere que estaba más interesada en la pintura como una proyección de la realidad material que como la expresión personal de una realidad metafísica. Ya en 1917, en paralelo con su trabajo suprematista, había hecho diseños de tela, de libros Agitprop (propaganda de agitación) y en cartelería, así como en el campo de la enseñanza. En 1918 se casó con el historiador de arte Boris Eding, y dio a luz un hijo que murió al año siguiente de fiebre tifoidea. Popova también estuvo gravemente enferma, pero acabó recuperándose y continuó pintando obras abstractas hasta 1921.
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