La composición en pintura: profundidad, tensión y oblicuidad
Siempre gracias a Arnheim y a su libro Arte y percepción visual, podemos tratar la composición según sus tres factores principales: profundidad, tensión y oblicuidad.
Sobre la profundidad
Existe un principio básico para crear, a nivel bidimensional, una estructura/imagen que tenga profundidad. Esta ley se llama «ley de simplicidad» y afirma que cualquier estructura parecerá tridimensional y tendrá profundidad siempre y cuando se perciba como la representación de una situación real (o tridimensional), que la convierta en algo estructuralmente más simple y reconocible que la mera bidimensionalidad.
a. Sin profundidad.
b. y d. Con profundidad.
c. Ambigüedad.
e. Alejamiento, difícil de distinguir.
 |
| a. b. c. d. e. |
La profundidad mediante traslapos (superposiciones), se da cuanto uno de los componentes llega a recortar parte del otro. La tendencia a la superposición es irresistible, porque sirve para completar, visualmente, la forma incompleta. Si uno de los objetos tiene la forma más simple posible (en este caso un rectángulo) en tanto que el otro tiene la forma de O; podrían completarse simplificándose. El primero se apropia de la línea divisoria que los separa.
La superposición se produce en los casos b y d. La ambigüedad sin embargo, se produce sólo en el ejemplo d, pues se ocluyen y superponen ambas . Cuando las líneas de intersección no se tocan caso e, la forma queda ocluida. En este caso la forma de la derecha (cuadrado), cuyas formas no se interrumpen, taparía a la de la izquierda (círculo).
Sobre la tensión
La tensión es la fuerza inherente al elemento; como tal es sólo un componente del elementos activo. A ello hay que añadir la dirección. El movimiento es menos amplio que la tensión, aunque se haya empleado insistentemente para describir la dinámica visual. Todo objeto visual es algo eminentemente dinámico.
Leonardo da Vinci escribió a este respecto: «Una figura pintada que carezca de dinámica al ser representada, estará doblemente muerta, pues ya lo estaba por ser una ficción, y vuelve a estarlo cuando no muestra movimiento ni de la mente ni del cuerpo».
El campo visual está impregnado de fuerzas activas. El espacio visual es anisótropo, esto es que una misma línea parece más larga en su dirección vertical que en la horizontal. Se presentan varios ejemplos de tensiones dirigidas en tamaños, superposiciones y direcciones.
Sobre la oblicuidad
La oblicuidad introduce el movimiento, el dinamismo. La orientación oblicua constituye probablemente el medio más elemental y eficaz de obtener una tensión dirigida. La oblicuidad se percibe espontáneamente, como esfuerzo dinámico de la aproximación o alejamiento respecto al armazón espacial básico de horizontales y verticales.
Este sencillo ejemplo de posiciones de aspas de un molino nos induce a:
- Quietud.
- Algo de movimiento.
- Movimiento acusado
La tensión creada por la oblicuidad es un impulso principal hacia la percepción de profundidad: La forma de cuña que se observa en los raíles de un tranvía o los lados de una calle, origina una dinámica activa, también en ausencia de efectos de profundidad.
Ejemplos de dinámica en vasijas:
a. Rigidez de más a menos a lo largo de los bordes rectos.
b. Aceleración de la expansión por curvatura de los perfiles hacia el exterior.
c. Aceleración gradual que acaba en la boca
Un saludo a todos y buena pintura,
Chema Senra
o visita My Tale I Teach en Facebook y, para cualquier duda, deja un comentario o contacta conmigo.
El Blog de Pintura de My Tale I Teach 
Deja un comentario