
Roman Opalka (Hocquincourt 1931 – 2011), ha sido, con gran diferencia, el autor más obsesivo con una misma idea, en la historia reciente de la pintura. El creador galo, de origen polaco, desarrolló su formación académica íntegramente en el país natal de sus padres, no fijando su residencia en Francia hasta la década de los 70.
Fallecido recientemente, pasará a la historia de la pintura, por sus métodos de trabajo casi mecánicos, con una rigurosidad en las formas totalmente apabullante. Cuenta que un día esperando por su mujer en un café de Varsovia, se le vino a la cabeza la idea de tratar de inmortalizar el paso del tiempo. A partir de ese día de 1965, el inexorable paso del presente quedaría plasmado en los lienzos de su meticulosa serie “Opalka 1965/1 -.

Roman Opalka en acción.
Pero la rutina diaria del pintor de origen polaco no acababa ahí, sino que pronto empezó a grabar su voz mientras leía en su lengua natal los números que había escrito ese día. Para completar su obra, se hizo una fotografía en las mismas condiciones de espacio y luminosidad durante toda la elaboración de su proyecto.
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