La tierra es el sustrato natural de nuestro planeta, allí donde se desarrolla la vida de buena parte de los seres que lo habitan. Está compuesta por una mezcla de elementos físicos, químicos y biológicos que constituye el edafón. Sus características más importantes son la permeabilidad y su porosidad, y obviamente, su composición química.
Los suelos son ricos en sustancias minerales que es el nutrimento básico de las plantas. Contienen también muchos microorganismos, así que es recomendable, cuando se utiliza la tierra con propósitos distintos de la jardinería, limpiarla y esterilizarla bien.
Para limpiar la tierra, al igual que para limpiar la arena, podemos usar una criba de malla metálica fina para contener las piedras pequeñitas y el resto de las impurezas. Si no tenéis una criba se puede usar, en alternativa, un colador de cocina grande. Para esterilizarla y eliminar posibles plagas u hongos se puede pulverizar la tierra una vez cribada con una mezcla de agua y lejía, y dejarla secar. También podemos recurrir a productos más invasivos como insecticidas y plaguicidas industriales. Lo importante es dejar la tierra estéril y lavada para poder trabajar bien con ella. En My Tale I Teach encontramos un post sobre el tema.
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[…] primero en que pienso es en el peso que adquiere un cuadro cuando se le añade tierra o arena (es como si colgases un pedrusco, de verdad). Y lo segundo que pienso es en la rigidez que […]
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