Mark Rothko, el sentimiento de la pintura

Mark Rothko (Daugavpils, Letonia, 1903 – Nueva York 1970) es un pintor perteneciente, entre otros muchos movimientos pictóricos, al expresionismo abstracto surgido en la ciudad estadounidense de Nueva York en la década de los 40. La expresión “entre muchos otros” refleja fielmente la vida artística de este pintor, cuya evolución ha estado marcada por los continuos y bruscos cambios de estilo.

Rothko nació en la región del imperio ruso, por aquel entonces, de Letonia, en el seno de una familia judía, un hecho que tendría gran relevancia en la vida y obra de este genio. En los primeros años del siglo XX, por toda Rusia se extendía vertiginosamente un movimiento antisemita, lo que llevó a los padres de Mark a emigrar a los Estados Unidos. Antes de irse, el artista relata un incidente en el que los judíos de su ciudad fueron llevados al monte, maniatados por los cosacos, y obligados a cavar una fosa. La veracidad de este testimonio es relativa, ya que los historiadores no constataron ninguna matanza en esa fecha y lugar, al tiempo que el propio Rothko no está seguro de si realmente sucedió o fue fruto de su miedo.

Sea como fuere, esa visión será una constante en su obra, convirtiéndose en objeto principal en su última fase. Ya en los Estados Unidos, consiguió acceder a la Universidad de Yale gracias a una beca, que pronto perdería. Sus estudios nunca estuvieron relacionados con el arte de la pintura, pudiendo considerar su vocación artística, como tardía, ya que no sería hasta bien entrado en los 20 años cuando empezó a interesarse por este mundo, tras un intento fallido de ser actor de teatro. Su primera aportación de valor para la pintura, la encontramos en la creación del grupo artístico “The Ten”, junto a su buen amigo Gottlieb, en el que exploran el expresionismo y la abstracción geométrica.

Mark Rothko en su estudio

Tras un breve periplo, decide abandonar dicho grupo y, de nuevo de la mano de su colega, comienza a desarrollar obras muy cercanas al surrealismo. Las formas se vuelven cada vez más violentas, reflejo de la agitación social existente en la Segunda Guerra Mundial. Tras su periodo surrealista, los críticos coinciden en denominar su nueva etapa como la de las multiformas, basada en la utilización de signos abstractos con los que pretende reflejar un vasto mundo interior. Cada vez sus obras se fueron volviendo más simples y con tonos más oscuros, preludio de su trágico suicidio debido a sus patologías depresivas. En este enlace del MoMA se pueden ver algunas de sus obras.